Educación Financiera para Todos

Apoyado por Visa

Un presupuesto no sólo ayuda a manejar mejor nuestro dinero en el día a día. También es una herramienta poderosa para proyectar el futuro y hacer planes de largo plazo como comprar una casa, adquirir un mejor auto o planear nuestro retiro.

Presupuestos para grandes metas

Más que un presupuesto, es un plan estratégico. Hacerlo será no solo un ejercicio de organización financiera sino de visión y de convertir los sueños en planes concretos.

Establece una visión.
Primero concreta lo que quieres en el futuro. Trata de imaginar lo mejor que puedas como sería esa casa de tus sueños, ese auto o cualquier otro plan de largo plazo.

Valora esa visión.
Una forma de empezar a convertir en realidad ese sueño es darle un valor económico. ¿Cuánto vale esa casa o ese auto? O ¿Cuánto crees que necesitarás ahorrar para tu retiro?

Fija un plazo.
Ahora viene lo mejor. ¿En cuánto tiempo crees que puedes llegar a la meta? ¿Cuáles son las etapas para llegar? Por ejemplo, en el caso de una casa no es necesario ahorrar el monto total del valor de la propiedad sino lo necesario para una cuota inicial y asegurarte de que vas a mejorar o a mantener una buena calificación de crédito, lo que será clave a la hora de obtener un crédito de vivienda o hipoteca.

Acciones concretas.
Llegó el momento de empezar y fijar cuáles serán las acciones concretas para llegar a la meta. En este punto tendrás que incorporar en tu presupuesto básico un ahorro determinado mensual o semanal que te permita llegar a la meta en un determinado tiempo.

Actúa como inversionista.
Este plan de largo plazo posiblemente requerirá algo más que solo ahorrar cada mes una cantidad fija. Ayudará mucho que inviertas la suma en fondos de inversión para que el rendimiento obtenido te ayude a llegar a esa meta.

Calcula el tiempo que necesitas.
Proyecta el tiempo que vas a necesitar para llegar a la meta con un ahorro determinado y la tasa de interés que obtendrás de ese ahorro si lo inviertes.

Compartir