Estar endeudado sin posibilidades de pago y observar como los pasivos crecen cada día más es una de las sensaciones más angustiantes que se puede experimentar en la vida financiera. Saber que tenemos un compromiso con el que no estamos cumpliendo y que cada día se vuelve más insalvable tiende a generar una sensación de incomodidad creciente.
Hay personas que ignoran el problema y lo abandonan por la desesperanza de sentir que no hay solución. Sin embargo, hacer el problema a un lado sólo tiende a empeorar las cosas, porque se va creando un historial crediticio negativo que te puede afectar en el futuro.
¿Qué hacer?
Dos estrategias sencillas para reducir tus deudas:
Si estos pasos no son suficientes para disminuir gradual y significativamente la deuda, quiere decir que el problema es más complejo. En estos casos lo más recomendable es acercarse a la institución financiera con la que se tiene la deuda, para explicar la situación y revisar posibles alternativas, como por ejemplo una refinanciación. Lo más importante es no ignorar la situación y buscar opciones de manejo que funcionen para la situación particular de cada uno.