A todos nos ha pasado que nos ponemos felices cuando
recibimos nuestros ingresos -bien sea en forma de salario o renta- pero nos
entristece cuando a final de mes todo parece haberse evaporado en gastos, y no
conservamos nada para el ahorro. Al manejar el dinero de esta forma, le
estamos dando prioridad a nuestros gastos, descuidando el ahorro que nos va a
permitir lograr nuestras metas y sueños.
Para que esto no ocurra y puedas dar prioridad a tu ahorro, la solución es
simple: ¡Págate a ti primero!”. Es muy fácil si tienes en cuenta lo siguiente:
- Fija el monto de tu ahorro:
Decide qué porción de tus ingresos -mensuales, quincenales o semanales-
destinarás para tu ahorro. Se recomienda ahorrar el 10% del total de los
ingresos, pero puedes empezar con un porcentaje menor si te hace sentir
cómodo e ir incrementándolo con el tiempo. Es importante que sea una
cifra realista, que te ayude a cumplir tus metas pero que no te ahorque
financieramente.
- Separa y guarda el dinero del ahorro:
Es una buena práctica que una vez recibas tus ingresos, apartes
inmediatamente el dinero de tu ahorro, así evitas la tentación de
gastarlo y es más fácil llevar el control. Te recomendamos ponerlo en
una cuenta de ahorro o en otro producto financiero que esté
especialmente diseñado para que tu dinero obtenga un rendimiento.
¡Págate a ti primero! Y ya sabes, no es necesaria una cantidad grande de dinero
para comenzar a ahorrar, solo se necesita la motivación suficiente para
empezar, incluso con cantidades pequeñas. ¡Todo es cuestión de dar el primer
paso, ser constantes y disciplinados!