Debes tener en cuenta que las tarjetas de crédito son una
cuenta con un fondo limitado. De la misma forma en la que no puedes expedir
cheques sin fondos o pagar con una tarjeta débito que no tiene saldo, no es
conveniente utilizar la tarjeta de crédito sin pensar en la cantidad
autorizada, y arriesgarse a que en algún establecimiento la rechacen.
Cuando la institución bancaria te aprueba una tarjeta de crédito, fija un cupo
que no podrá ser rebasado, y que está basado en tu capacidad de pago.
Únicamente, conforme se realicen los pagos, podrás disponer nuevamente del
crédito.
Debes evitar a toda costa sobrepasar el tope de tu límite de crédito, ya que esto
habla de un descontrol en tus gastos y afectará tu presupuesto.
A continuación te damos algunas sugerencias para evitar este tipo de situaciones
y controlar tu saldo:
- Lleva un registro de las compras que haces con la
tarjeta. No esperes al estado de cuenta, puedes comparar tus
comprobantes de transacción (vouchers) con los registros en tu banca en
línea o la app de tu banco.
- Ten siempre en cuenta el cupo que el banco te asignó como
límite de crédito, para que, de manera semanal, restes a esa cantidad
todos los montos que hayas pagado con tu tarjeta. Así sabrás cada semana
cuánto dinero te queda disponible.
- Realiza dicho balance de forma semanal, quincenal o
mensual, de acuerdo al uso que des a la tarjeta, pero nunca pierdas el
control. Una vez que hayas pagado tu tarjeta de crédito, deberás sumar
nuevamente esa cantidad a tu crédito disponible.
Cuando recibas tu estado de cuenta, es importante compararlo con tus cuentas,
para verificar que todo esté en orden.