Educación Financiera para Todos

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Un presupuesto es una herramienta financiera de gran importancia que te ayuda a planificar asertiva y sistemáticamente tus recursos. A continuación, describimos la forma ideal para realizar un presupuesto adecuado a tus necesidades.

Realiza tu presupuesto en 4 pasos

Primer paso: suma tus ingresos. 
Para establecer un presupuesto mensual debes determinar el monto neto que recibes de forma regular. Si te pagan una vez al mes, es fácil: es el monto del salario que te llevas a casa. Si es quincenal o de otra forma, hay que calcular:

  • Si recibes los ingresos semanalmente, multiplica por 4,333.
  • Si recibes los ingresos cada dos semanas, multiplica por 2,167.
  • Si recibes pago dos veces al mes, multiplica por 2.
  • Si eres independiente y tus ingresos son irregulares, revisa el comportamiento del último mes.

Posiblemente debes añadir también otras fuentes de ingresos como son intereses de alguna inversión, bonos y otros pagos. Debes sumar todos estos ingresos también.

Segundo paso: págate a ti mismo 
Antes de comenzar a asignar el dinero a los diferentes gastos, es importante que separes el dinero para tu ahorro. ¡Eso es pagarte a ti mismo! Es recomendable que ahorres el 10% de tus ingresos, aunque puedes empezar con un porcentaje menor e ir incrementándolo a medida que te sientas cómodo. Lo importante es que lo respetes y no lo gastes.

Tercer paso: calcula tus gastos. 
Ahora sí, anota todo lo que proyectas que vas a gastar en los distintos rubros necesarios para tu manutención, tales como alimentación, transporte, vivienda, servicios públicos, entre otros. Recuerda incluir tanto los gastos fijos como los variables y ser realista con las cifras.

Cuarto paso: lleva un registro. 
Después de crear tu presupuesto, tienes que llevar un registro que te permita tener un control de tus ingresos y gastos reales. Lo puedes hacer anotando en una hoja de cálculo tipo Excel o con otra herramienta que te funcione. Esta información te ayudará a entender cualquier variante presupuestaria, que es la diferencia entre el monto que proyectaste gastar (presupuesto), y lo que realmente se gastó (gasto real) en el mes o período.

Es posible que luego de empezar a llevar el registro de tus gastos mensuales, notes que los gastos reales son diferentes a los inicialmente presupuestados, y puede que necesites reducir algunos de ellos. Algunos son más fáciles de recortar que otros. Por ejemplo, tienes que pagar la hipoteca de la casa o la cuota del crédito de tu vehículo, y allí seguro no podrás recortar nada. Pero puedes idear estrategias para reducir el costo de los servicios públicos -formas de ahorrar agua o electricidad-, o encontrar lugares más económicos para hacer las compras del mercado. Tratar de gastar menos es normalmente un mejor punto de partida que cortar del todo un gasto.

Si tu presupuesto es realista y lo usas como guía para tus gastos, estarás mejor preparado para las emergencias (otros costos inesperados). También estarás preparado para tener un mejor futuro financiero.

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