Un presupuesto es una herramienta financiera de gran
importancia que te ayuda a planificar asertiva y sistemáticamente tus
recursos. A continuación, describimos la forma ideal para realizar un
presupuesto adecuado a tus necesidades.
Primer paso: suma tus ingresos.
Para establecer un presupuesto mensual debes determinar el monto neto que
recibes de forma regular. Si te pagan una vez al mes, es fácil: es el monto
del salario que te llevas a casa. Si es quincenal o de otra forma, hay que
calcular:
- Si recibes los ingresos semanalmente, multiplica por
4,333.
- Si recibes los ingresos cada dos semanas, multiplica por
2,167.
- Si recibes pago dos veces al mes, multiplica por 2.
- Si eres independiente y tus ingresos son irregulares,
revisa el comportamiento del último mes.
Posiblemente debes añadir también otras fuentes de ingresos como son intereses de
alguna inversión, bonos y otros pagos. Debes sumar todos estos ingresos
también.
Segundo paso: págate a ti mismo
Antes de comenzar a asignar el dinero a los diferentes gastos, es importante
que separes el dinero para tu ahorro. ¡Eso es pagarte a ti mismo! Es
recomendable que ahorres el 10% de tus ingresos, aunque puedes empezar con un
porcentaje menor e ir incrementándolo a medida que te sientas cómodo. Lo
importante es que lo respetes y no lo gastes.
Tercer paso: calcula tus gastos.
Ahora sí, anota todo lo que proyectas que vas a gastar en los distintos rubros
necesarios para tu manutención, tales como alimentación, transporte, vivienda,
servicios públicos, entre otros. Recuerda incluir tanto los gastos fijos como
los variables y ser realista con las cifras.
Cuarto paso: lleva un registro.
Después de crear tu presupuesto, tienes que llevar un registro que te permita
tener un control de tus ingresos y gastos reales. Lo puedes hacer anotando en
una hoja de cálculo tipo Excel o con otra herramienta que te funcione. Esta
información te ayudará a entender cualquier variante presupuestaria, que es la
diferencia entre el monto que proyectaste gastar (presupuesto), y lo que
realmente se gastó (gasto real) en el mes o período.
Es posible que luego de empezar a llevar el registro de tus gastos mensuales,
notes que los gastos reales son diferentes a los inicialmente presupuestados,
y puede que necesites reducir algunos de ellos. Algunos son más fáciles de
recortar que otros. Por ejemplo, tienes que pagar la hipoteca de la casa o la
cuota del crédito de tu vehículo, y allí seguro no podrás recortar nada. Pero
puedes idear estrategias para reducir el costo de los servicios públicos
-formas de ahorrar agua o electricidad-, o encontrar lugares más económicos
para hacer las compras del mercado. Tratar de gastar menos es normalmente un
mejor punto de partida que cortar del todo un gasto.
Si tu presupuesto es realista y lo usas como guía para tus gastos, estarás mejor
preparado para las emergencias (otros costos inesperados). También estarás
preparado para tener un mejor futuro financiero.